martes, 19 de enero de 2010

El vértice de la Parábola



El vapuleo del Nou Camp no fue todo lo doloroso que pudo haber sido porque todos, Jiménez el primero y nosotros después al ver la alineación, asimilamos rápidamente lo que iba a ocurrir en el campo. Entiendo la decisión. La comprendo. Seguramente con cualquier otro equipo titular también hubiéramos perdido, pero me dolió la rendición porque “Dicen que nunca se rinde...”

Ya ocurrió el año pasado y este año, otra vez. En lugar de llevar la blanca camiseta del Sevilla FC pareció que salimos envueltos en blancas banderas de rendición. El equipo dio la cara mientras pudo, eso es cierto, pero todos sabíamos, ellos también, lo que iba a terminar ocurriendo. Asumimos la derrota y pedimos al reloj que hiciera correr las agujas lo más rápido posible.

Ya pasó. Ya ha pasado. Creo que lo peor ya ha pasado. Toca levantarse y alzar la mirada.

Viene el Deportivo en copa. Otra vez el Deportivo en copa ¿se acuerdan? El año pasado el veníamos de caer en UEFA y un par de empates en liga que trajo una pequeña “crisis” al Sevilla FC. Para salir de ella, un puñetazo en la mesa. Precisamente en la mesa de Riazor.

Hoy venimos de 5 derrotas en los últimos 6 partidos. Cuatro de ellos de Liga. El pase en Copa es un bálsamo, pero si parafraseando al presidente “una derrota debe ser una crisis”, supongo que cuatro derrotas deben ser una hecatombe. En esas estamos, en manidos debates y faltas de respeto continuas, y precisamente ahora, otra vez nos toca visitar Riazor.

Ahora es el momento señores. Apretemos todos los puños y volvamos a hacer que retumben los cimientos de Riazor de un fuerte puñetazo en la mesa. Recuperemos la senda anímica de la victoria. Impulsémonos con fuerza contra el fondo que hemos tocado y volvamos a la superficie. Otra vez hacia arriba. Hemos llegado al vértice inferior de la parábola.
Ahora solo podemos ir hacia arriba.

¡Arriba!

2 comentarios:

  1. Igual que repetimos el resultado liguero del Camp Nou, esperemos repetir también el de Copa!

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  2. Ojalá sea así Joan!

    Eso sería un tremendo puñetazo en el cesped y un alivio para disfrutar de la vuelta en casa.

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